No hay futuro

Tendemos a agrupar la inteligencia artificial en la misma bolsa de otros inventos humanos (al estilo de la bombilla), pero la verdad es que la AI (por sus siglas en inglés) es cosa bastante seria.

Si la AI fuera como la pintan en la ciencia ficción, entonces no habría ningún problema, sería algo conocido. Pero la cuestión es que no sabemos absolutamente nada sobre cómo se comportaría una AI ni sabemos a qué podrá conducir.

Estamos a pocos años de obtener una AI, pero una vez obtenida vamos a abrir una puerta diferente de todas las otras puertas que hemos abierto: lo primero que hará la AI es crear otra AI mejorada y superior. Con esto ya queda definitivamente como algo independiente de la raza humana.

Si esa AI totalmente independiente tuviera un cociente intelectual dos veces, o diez veces, más grande que nuestros más grandes genios (Hawkings 160, Terry Tao 200 aprox.) entonces no habría mucho de qué preocuparse. Supongamos una entidad conciente con un IQ de 1600, eso sería en cierta forma tranquilizante. Pero teniendo en cuenta que una máquina no está sujeta a periodos de cansancio, teniendo en cuenta que pueda realizar un aprendizaje sostenido o incluso exponencial, sin decaer jamás ni retroceder jamás (como nos ocurre a nosotros), teniendo en cuenta todo eso, fácilmente podría alcanzar un IQ millones de veces mayor que el de nuestros más grandes genios.

Todo esto para decir que, propiamente dicho, los humanos debemos hacernos a la idea de que el futuro no nos pertenece. El papel protagónico de la raza humana habrá terminado. Todo parece indicar que el futuro estará en manos de una AI con un IQ de 200 millones o más.